Tenía 14 años, era soltera y no se animaba a contarles a sus padres que estaba embarazada. A las 12 semanas de gestación, se levantó una mañana con mucha fiebre y buscó atención médica, pero al llegar al centro de salud estaba cerrado. Tuvo que caminar cuatro horas más para que la trataran en otro centro, pero en éste, no había medicamentos ni insumos para atenderla. Falleció.
La realidad es que si Digna del Carmen hubiese pertenecido a una familia de recursos, sí habría tenido acceso a un centro de salud con medicamentos y personal suficiente para atender a las mujeres embarazadas; no habría perdido la vida. ¿Cómo es posible que las experiencias de las mujeres embarazadas varíen tanto, dependiendo de la comunidad, etnia o familia en que se nace – incluso dentro de un mismo país?